Mermelada de naranja amarga

Ahora están las naranjas en su mejor época, y esta mermelada es de las mejores que existen; con tostadas y mantequilla salada es lo que mejor complementa el té. Lo más difícil es conseguir las naranjas amargas (Citrus aurantium), pero si no se tienen se puede hacer con las dulces (Citrus sinensis). Sí es importante que no estén tratadas, porque les ponen una cera que impide que se forme moho, pero como se usa también la cáscara, no nos interesa comer cera.
Ingredientes: (Aproximados)
- 1Kg. naranjas
- 1Kg. azúcar
- 1/2 L agua
Sacar tiras muy finas de la piel, con la menor cantidad posible de blanco, y partirlas en tiritas lo más finas posible. La cantidad depende del gusto, porque nos van a quedar enteras. Se ponen a hervir en el agua y cuando rompa el hervor se baja el fuego y se hacen a fuego lento hasta que al sacar una se rompa con los dedos.
Hacer zumo del resto de las naranjas, conservando lo que queda de piel, pepitas, etc, que se guarda en una bolsa de tela como las de la merienda de los niños,bien enjuagada con agua, y se mete en la cacerola donde pondremos el zumo y la corteza ya cocida. Lo que va dentro de la bolsa se hierve junto a lo que será la mermelada, porque es donde está la mayor cantidad de pectina que contiene la naranja, para que la mermelada espese, pero luego se tira.
Poner a hervir en una cacerola amplia, mejor profunda que ancha, porque al hervir aumenta mucho. Añadir el azúcar y remover bien hasta que se disuelva. Dejar hervir a fuego vivo hasta que al sacar con la cuchara una gota y dejarla sobre un mármol o plato de loza, al aplastarla se vea que no es tan líquida – suele ser de 15 a 30 min.-
También se puede hacer con azúcar moreno y miel, y en Escocia es tradicional mezclar al final una cucharada de whisky.
Se dice que esta mermelada la llevó al Reino Unido Catalina de Aragón, a la que mandaban cada temporada las naranjas para hacerla para que no las añorara en todo el año.

El nombre de mermelada, sin embargo, viene del portugués: marmelo es membrillo, y del dulce de membrillo pasó e nombre al resto de conservas de fruta con azúcar, que era la única manera de seguir tomándola fuera de temporada, sin cámaras de frío ni congeladores.